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CRÓNICAS HOTELERAS

No son mis tiempos

Bueno, bueno, bueno...

En mis tiempos, no hace tanto tampoco que el lugar adecuado era la famosa última fila del cine, el coche ( un seiscientos), o cualquier lugar oscuro en verano preferiblemente. Ahora no.

Una pareja de escasos 20 años (se exactamente la edad que tienen, no en vano se pide la documentación a los clientes pero queda mejor así) pide habitación. Después de oir el precio, dudan, siguen dudando, ella menos que él, al final acceden. Ella paga inmediatamente la habitación y se va hacia el ascensor. Él se queda un momento atrás para decirme si tenemos algún condón. No, no tenemos. Se va con ella hacia la habitación. No han pasado tres minutos cuando aparece diciendo que no hay luz en el cuarto. Le digo que introduzca la llave magnética en el cajetín de la entrada de la habitación para tener corriente eléctrica. Se va. No pasan ni tres minutos cuando llama diciendo que como se sintonizan los canales pornográficos.

Joder con el tío. O la tía, aunque sea él quien dé la cara.

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