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CRÓNICAS HOTELERAS

Haciendo amigos

Oigo pasos que llegan de dos personas entrando al hotel. 

- Buenas tardes.¿ Este hotel de cuántas estrellas es ? porque está un poco, no se, deteriorado ¿no?.

-Buenas tardes. La verdad es que estamos en obras y siempre da ese aspecto de...

- Ya, pero ¿cuánto cuesta pasar la noche?

-Solamente quedan junior suites y están a x €.

-Qué va, qué va, qué va.....

Aquí estoy de nuevo, inasequible al desaliento

Aquí estoy de nuevo, inasequible al desaliento

Pues si, todavía existo; ¿me habíais echado en falta o qué? pero si sois tres gatos (conmigo cuatro) :P

Hay otras cosas que hacer pero aquí estoy de nuevo. Gracias por estar ahí.

Menuda bronca me he llevado porque ha saltado el automático de la corriente eléctrica en una habitación. Encima no ha podido llamar por teléfono desde la habitación al no disponer del número (esas chicas de pisos) así que ha bajado calentito.

Nada, subir con él y darle al diferencial y volver la luz ha sido fácil, más que el pequeñito y sin ganas "gracias" que ha salido por la boca del cliente. ¿Por qué a algunos de ellos no le salta algún diferencial interno cuando se ponen tan maleducados? Si, ya sé, muchos vivirían en las oscuras tinieblas permanentemente ;-))

 

Adelante Richard Wright

Adelante Richard Wright

Ahora mismo, y como homenaje a Wright, teclista y uno de los fundadores de Pink Floyd allá a mediados de los 60 y que ha muerto hoy, estoy oyendo a toda pastilla "The great gig in the sky" del disco "The dark side of the moon", compuesta por él...      Buen tema Rick

http://www.guardian.co.uk/music/2008/sep/15/pink.floyd.member.dies

 

Homo hoteliensis tescucho

Homo hoteliensis tescucho

Prosiguiendo con nuestras conferencias ahora que agosto toca a su fin, hoy vamos a hablar de un especimen que ha aparecido hace escasos años en nuestro habitat: el "Homo Hoteliensis Tescucho".

Dime Sonia, si, vale...No. todavía no hemos averiguado si son ruedas o pies. Ten en cuenta que al "Homo Hoteliensis Semicuerpo" solo se le ve de cintura para arriba.

Bueno, como decíamos del Homo Hoteliensis Tescucho (HHT), aparece ya delante del Hotel por la puerta del taxi con su trozo de metal agarrado con una mano y sujetándolo contra una de sus orejas como para medirle la temperatura. En realidad lo que hace es escuchar los sonidos que creemos salen de este artilugio inventado no sabemos por quién, aunque hay sospechas de un tal Gila, pero no nos creamos todo, su misma madre le riñó diciéndole que no volviera a nacer sin avisar... A lo que íbamos, entra en el hotel con eso en la oreja, dice algo al recepcionista, el recepcionista le contesta, HHT le dice que le escucha, el recpcionista le vuelve a repetir, HHT le dice al aparato de la oreja "tescucho", cántico que como un jilguero repite muchas veces tanto al semicuerpo que tiene delante como al taxista, como al botones, como a su madre... hasta que desaparece rumbo a su habitación con un último "tescucho" pronunciado mientras descifra en qué número de habitación tiene que recalar porque nuestro recepcionista se lo ha dicho dándole la bienvenida pero como el aparato metálico de su oreja que a veces cambia a la otra no para de susurrar, creemos que en realidad este especimen llamado "Homo Hoteliensis Tescucho" no escucha ni a quien tiene delante ni a esa pastilla de jabón metálica o a quien quiera que está dentro de ella.

No son mis tiempos

Bueno, bueno, bueno...

En mis tiempos, no hace tanto tampoco que el lugar adecuado era la famosa última fila del cine, el coche ( un seiscientos), o cualquier lugar oscuro en verano preferiblemente. Ahora no.

Una pareja de escasos 20 años (se exactamente la edad que tienen, no en vano se pide la documentación a los clientes pero queda mejor así) pide habitación. Después de oir el precio, dudan, siguen dudando, ella menos que él, al final acceden. Ella paga inmediatamente la habitación y se va hacia el ascensor. Él se queda un momento atrás para decirme si tenemos algún condón. No, no tenemos. Se va con ella hacia la habitación. No han pasado tres minutos cuando aparece diciendo que no hay luz en el cuarto. Le digo que introduzca la llave magnética en el cajetín de la entrada de la habitación para tener corriente eléctrica. Se va. No pasan ni tres minutos cuando llama diciendo que como se sintonizan los canales pornográficos.

Joder con el tío. O la tía, aunque sea él quien dé la cara.

Hola. Quiero anular una reserva...

...Es para el día 17 a nombre de Fulanito de Tal.

Un momento, por favor. Bien. Veo que son dos habitaciones comunicadas y una de ellas con supletoria.

...

...Espere, espere. Que me he equivocado. He llamado al teléfono siguiente de mi agenda.

Donde yo quería llamar era al restaurante para anular la reserva...Ja, ja, ja.

No se preocupe. Y menos mal que se ha dado cuenta que sino, podrían estar esperándole

para comer y cuando llegaran al hotel, se llevaría la agradable sorpresa de no tener

habitaciones reservadas...Ja,ja,ja

Si. Menos mal. Deje la reserva como está, será lo mejor, ja, ja

Sí. Será lo mejor.

Adios y gracias.

Adios y buenos días.

Actitud: sonrisa

Actitud: sonrisa

Según este cartelito, al llamar a un cliente para despertarle, ¿tengo que tener contacto visual y una postura adecuada?

Amosandaya...

Improvisando

Los dos japoneses se han quedado impresionados, la verdad. Querían imprimir no se qué de no se que vuelo a no se donde (mi japonés es escaso), pero el ordenador disponible al público del Hall no admite periféricos y ni corto ni perezoso, les he hecho pasar al back, al ordenador y con su pendrive lo hemos imprimido en un "periquete".

Me comentan que esto en Japón, impensable...pero les contesto que en Spain, la improvisación, y muchas veces la chapuza la llevamos en nuestros genes...y así nos va...menos mal que en esta ocasión todo ha ido bien, ellos contentos y yo mas...

Pregunta frecuente

Me preguntan fuera de mi trabajo cual es la pregunta que más asiduamente me hacen y respondo rápidamente que es esa misma: qué pregunta me hacen continuamente...

También les respondo que la pregunta más habitual cliente/recepcionista es:

-¿A qué hora es el desayuno?

Ahora mismo acaban de preguntarme por teléfono si está cerca el casino,

otro si hay parada de taxi cerca. Las preguntas son contínuas  así que con las preguntas

más frecuentes, y si son de distancias me gusta hacer un juego mental para que todo sea

mucho más ameno, por ejemplo, si me preguntan cuánta distancia hay a la parte antigua

de la ciudad unas veces digo 300 mts., otras 275, otras, 280, así cuando alguien

me lo cuestiona por quincugésima vez en el turno tengo que pensar un poco qué metro

le endiño...

Otra cosa es cuando me preguntan por el horario de misas...ahí ya no tengo ni idea...

Por cierto, ¿en SanGoogle estarán los horarios de esa parroquia cercana? Tendré que echar un vistazo...

A cada uno lo suyo

A cada uno lo suyo

La sensación que me queda al recibir alguna propina nunca me ha gustado, aunque no es cuestión de herir la sensibilidad de quien con ese acto de darte algo está agradeciéndote el servicio prestado (cosa que se supone debes hacer siempre)...Pero como vemos en esta foto, hay quien exige lo suyo sin que se olvide...

Llave magnética II

Leo AQUI que en las llaves magnéticas de los hoteles está grabada la siguiente información del cliente:
-Nombre del huésped.
-Domicilio del huésped
-Número de la habitación del hotel
-Fechas de check-in y de ckeck-out
-Número de la tarjeta de crédito del huésped y la fecha de validez.
También dice que "Más aún, el funcionario puede llevarlas a su casa y, mediante la utilización de un aparato de scanner magnético, tener acceso a las informaciones contenidas en las llaves y usarlas para comprar por internet".

No se en los demás hoteles pero me consta que en éste, donde paso más horas que en cualquier otro lugar quitando mi casa, en las tarjetas NO hay ninguna información del cliente, repito, NINGUNA información.
Justo el Nº de habitación, fecha entrada y salida y si quiere usarla para la caja fuerte de la habitación, NADA mas.
Me extraña que se introduzcan mas datos confidenciales en estas tarjetas cuando todavía no está extendido ni siquiera el uso del DNI electrónico (pocos he visto, aquí donde los documentos de identidad de todo el mundo se mueven mucho...)
Creo que no hay que dar mucha credibilidad a esta información y menos aún cuando el que la escribe dice eso de "el funcionario puede llevarlas a su casa"...¿Para qué? Yo mismo, aquí presente, si quiero, puedo llevarme a casa un listado de Nº de tarjetas de crédito de todo el mundo sin tener que tocar una puñetera tarjeta llave magnética...Lo gracioso es que estos "informadores" son los primeros que entregan la tarjeta de crédito al camarero del restaurante y la pierden de vista durante unos minutos y no dicen nada....y no desconfío de los camareros, esos grandes compañeros de crónicas...
Y otra cosa, NO soy ningún funcionario.

Llave magnética

Llave magnética

La llave es ese artilugio de plástico que endosamos al cliente para que pueda entrar a la habitación por él alquilada. Pero qué ocurre si se la damos y no tarda ni un minuto en bajar indignado diciendo que la habitación está ocupada por otra persona y que ya le extrañaba que se oyera la televisión puesta nada más abrir la puerta.
-¿Porque usted me ha dado la 203, verdad?
-No, no. Es la 207...
-Pues yo le he entendido 203...
-No se preocupe, y perdone el malentendido pero déjeme un momento la llave...Según el lector, esta llave corresponde a la habitación 207...
-Pues he entrado en la 203...
-¡Qué raro! nunca nos ha pasado...
-Menudo susto se ha llevado el que estaba dentro...algo farfullaba sobre quien ha entrado...
-Siento lo que ha pasado pero puede subir tranquilamente con la llave a la 207...
-Espero que esta vez acertemos...
-Creo que así será...

Todavía no sabemos realmente qué ocurrió porque después de mirar y hacer pruebas, no ha sido posible abrir la 203 con la llave de la 207.
Pienso si realmente abrió la puerta o ésta estaba sin cerrar del todo con el picaporte y pensó que en realidad la estaba abriendo con la tarjeta, no se...no es lo mismo una puerta de casa que conocemos "al dedillo" que la puerta de un hotel...


Sigo ¿y qué?

Si, sigo. Y ¿qué? A alguien le importa o qué...
Bueno, pues después de esta entrada con exabruptos y como un elefante, y como decíamos ayer...
Aquí nos encontramos por los distintos departamentos del hotel bastantes cosas que los olvidadizos de nuestros clientes dejan...como este sujetacorbatas de oro tan bonito que ahora mismo llevo, haciendo lo que su nombre indica en la corbata. O como ese bolso de mujer con toda la documentación en su cartera, visas, carnets del gimnsio, dinero, llaves...encima le llamas a la habitación para decirle amablemente que se le ha olvidado y te da un lacónico "gracias" y que "mañana" ya lo cogerá, que te dan ganas de dejarlo donde estaba. O como esa bolsa de plástico que lleva dentro...revistas, trapos, un pantalón y 
.... una botella de coñac a medio vaciar (pesimista que es uno). No bien la llevé al contenedor próximo cuando
 viene el que decía ser su dueño con unas pintas de clochard de Paris de asustar reclamando, si, 
lo acertáis enseguida,
 no el pantalón sino el brevage...
Saludos a todos mis 3 ó 4 lectores y adelante, no os rindáis, vamos a ser como los escolares de Helsinki, el no va más...

Dos y la dentadura

Si estoy tirado en el sofá de casa y veo el gag en la tele no me hace ni puñetera gracia (menos que esos matrimonios con tanta audiencia) por lo inverosímil de la escena pero como ha ocurrido delante mío, pues allá va:

Dos hombres de unos sesenta años que se detienen en el mostrador para decirme si ha entrado esta última hora alguna camarera en la habitación porque se han vuelto locos buscando una prótesis dental de uno de ellos que no aparecía por ningún lado, y cual ha sido su sorpresa que al volver a la habitación allí estaba, en la mesilla. Les digo que no ha entrado ninguna de las chicas porque a esa hora ya se habían marchado todas a casa y no se explican, me explican, como es posible que la dentadura estuviera allí sonriéndoles, cuando se habían vuelto tarumbas de tanto buscarla. Comenta el protagonista que como había estado comiendo frutos secos tal vez se la hubiera tragado y al notar cierto dolor abdominal, no se le ocurrió otra cosa que ir al servicio de urgencias del hospital para que le hicieran unas placas y confirmar si efectivamente estaba allí la prótesis.

A estas alturas de la historia yo ya estaba pensando si me estaban tomando el pelo o no. Pero era cierto.

Además, teníais que ver al perdedor de prótesis y su amigo: dos casi ancianos que no callan ni encima del agua, tipo Mr. Magoo, contando la historia con todo lujo de detalles...Si veo este sketch en la tele la apago directamente pero eso de la realidad que supera a la ficción...

 

Fobias

Vamos a ver cuan diferente es el comportamiento de los clientes (personas) ante problemas parecidos (fobias).
En el primer caso el sujeto es un varón de unos 45 años que aparece en recepción y comenta sus problemas con los edificios altos ya que no puede hacer vida normal en un decimoprimer piso como era el caso. Esta persona comenta su problema, dice que al reservar la habitación no sabía que tuviera que dormir en un piso tan alto y como no hay ninguna libre, nuestro hombre, sin rechistar y resignado baja a las dos de la mañana y después de decir que no aguanta mas, y ante la indicación del recepcionista, se echa en un sofá al fondo de ese salón en penumbra y allí pasa la noche, que le va a costar casi 200 euros. Su compañera permanece en la habitación.
En el segundo caso la sujeta es una mujer de unos 30 años, que viene acompañada de un hombre mas o menos de su edad y de un niño de unos 5 años. Está lloviendo y hace mucho viento. Viene el compañero de nuestra cliente y dice que hace un viento impresionante y que suena mucho en las ventanas. Que a él le da igual pero que a su señora le tiene (el viento) atemorizada y sin poder disfrutar de la estancia. Le contesto que no hay ningún problema con el viento y las ventanas siempre que se mantenga su velocidad en lo que era en aquél momento. Que era una tontería cambiarse de habitación porque iban a tener el mismo problema. Este señor lo comprende perfectamente pero me dice que se lo diga a su señora. Se va hacia la habitación pero al cabo de media hora aparecen nuestra clienta acompañada de su compañero e hijo y se sientan en un sofá me imagino, por el gesto que me lanza el hombre, a esperar a que amaine un poco y deje de hacer tanto ruido en la habitación. Apunto que no se recibió ninguna queja ese día por el viento. Claro, no es culpa nuestra y es fácil de entender. Estuvieron un par de horas por lo menos hasta que decidieron ir a la habitación. Con el chaval tirado en el sofá. Con su compañero aburrido como una ostra leyendo hasta la letra pequeña de un sobre de azúcar...
Conclusión: Uno se lo traga él solito, y la otra se lo hace tragar a los demás también. Todos conocemos personas las cuales en cuanto tienen un problema lo trasladan a su círculo de amigos y familiares. Son incapaces de lidiar ellos solos con sus fobias, como nuestro primer cliente, sin molestar innecesariamente a otras que no van a poder hacer nada para aliviarles.

Así, con ironía...

En todas las habitaciones se deja un cuestionario para que, amablemente, nuestros clientes dejen sus impresiones y valoraciones de las instalaciones, comida, personal, etc. del hotel. Como es de esperar, leemos de todo, y casi siempre es beneficioso para poder corregir algunas anomalías o para saber qué es lo que falla ya que un elevado tanto por ciento de clientes lo nombra.

Aquí tenemos dos bestias negras que salen plasmadas en casi todos los cuestionarios: los pequeños armarios de las habitaciones y el garage.

La verdad es que quien diseñó los armarios se lució: solo digo que una percha de tamaño normal no entra colgando de la barra, tiene que estar un poco inclinada lateralmente.

Sobre el garage, bueno, alguien dejó escrito que pensaba que al acceder a él entraba a una cueva y se fijó en el techo por si le cagaban los murciélagos...

Hay comentarios escuetos, verdaderas parrafadas y otros con humor e ironía. Un ejemplo:

"Ese aire retro, kitch, sobre todo del hall, con estilo años 60 me encanta. Por favor no lo renueven, sigan así, manténganlo para futuras generaciones"

No se quejará...

Aquí de vez en cuando recibimos alguna queja y amonestación del cliente, desde el que berrea desde una esquina del hall hacia el recepcionista increpándole su falta de profesionalidad por no haberle avisado que tenía unas escaleras de acceso desde el parking, hasta el que te lo dice bajito, discretamente, que el hotel no debería tener cuatro estrellas...

Pero este cliente no creo que se queje: Nos había avisado que no le funcionaba el teléfono, así que pensando que el aparato estaba averiado se le cambia. La avería sigue, por lo que deduzco (jodé con el visionario) que la avería no es del aparato y por lo tanto yo no puedo hacer nada. Se lo comunico al cliente pero contesta que tiene que recibir una llamada importante de su hija y que no puede estar sin teléfono. Mantenimiento está ilocalizable por lo que le tranquilizo diciéndole que aunque no queda ni una de las habitaciones libre, en cuanto reciba la llamada en recepción , subo y le acompaño a recepción para que hable con su hija. Dicho y hecho, llamada de su hija al cabo de un par de horas, subo al cuarto piso, llamo a la habitación, tarda en abrir (será el jetlag, son Mexicanos), acompaño al cliente a recepción, le dejo nuestro teléfono de la centralita, y allí platica nuestro buey con su chamaca un buen rato...

La propina que me llevé por el servicio fue una gran sonrisa del cliente acompañada de "Gracias, muchas gracias..."

Suficiente para mí. 

El Coto Matamoros noruego

Es clavado a él. Alto, cabeza rapada y anchos hombros. Viene a recepción con el folleto de esa cadena de reparto de pizzas porque quiere pedir una .  Faltan cinco minutos para que llegue la hora  límite del reparto, llamo y me dicen que los repartidores se han marchado ya. Se lo explico al Coto Noruego, se me queda mirando fijamente y con un "No good" rompe el folleto en dos pedazos y lo deja en el mostrador. Hasta en las formas de no estar de acuerdo se le parece al Matamoros.

Y lo admito: tiene razón.

Heme aquí

Aquí estamos de nuevo tras las merecidas vacaciones, y rápido que pasan las joías...

Entramos de lleno en los meses más duros para el "homo hoteliensis semicuerpo" que tendrá que poner toda su paciencia, que parece que va menguando ostensiblemente según pasan los años, repito toda su paciencia a pasear y relucir...las paredes y el mostrador serán testigos.

Para abrir boca tenemos a ese cliente de casta, y tanto de casta, como que después de estar con buena compañía femenina en la habitación me cuenta que está cansadísimo de trabajar y viajar por toda España y que por ello en un momento vendrá una "señorita" para darle un masaje y dejarle como nuevo para el día siguiente... A este especimen que suele habitar los hoteles le podremos llamar "homo hoteliensis despiporretraselcurro", y que dure...

 

GPS

GPS

Entro en recepción y me tengo que agarrar al mostrador para no caerme de risa: mi compañero haciendo de Marta, la voz del Tomtom navigator...

Es más habitual de lo que parece, aunque últimamente menos: llamada de teléfono para decir que tiene una reserva, que está en la ciudad y que no sabe como llegar hasta el hotel. Aquí empieza el recepcionista sus indicaciones: ¿Donde está exactamente? En una carretera donde se ve un edificio que pone Hotel Avenida...Pues tuerza a la derecha en el próximo cruce... (aquí vienen las risas del otro compañero) Pero hay una señal de dirección prohibida...No, no. Por esa no. Por la siguiente...Osea, avanzo, veo una calle, no, veo otra y giro a la derecha por esa?..Sacto...y así unos buenos minutos que nuestro querido cliente nos tiene agarrados como GPS viviente, sin importarle las caras impacientes y los ceños fruncidos de esa cola que se está generando en el mostrador...